El aula
DÍA 1 – El aula Entré al aula como si nunca hubiera estado ahí. Me sorprendió lo blanca que es la luz, casi demasiado perfecta para un lugar tan lleno de historias. Las paredes están marcadas por años de papel aferrado con cinta, restos de carteles que dejaron su sombra. Las sillas están desordenadas, como si acabaran de tener una discusión. Hay una mochila olvidada contra la pared, silenciosa, como esperando que alguien la reclame. El pizarrón tiene apenas una línea de tiza: “Unidad 3 – Economía y Sociedad”. Pero lo que más me llamó la atención fue el silencio. Un silencio pesado, como si el aula contuviera todas las palabras que se dijeron en voz baja durante las clases. DÍA 2 – El aula al mediodía Hoy entré cuando el sol estaba en lo más alto. La luz se colaba por las ventanas como un invitado entrometido, iluminando el polvo que flotaba en el aire. Las sillas chirriaban bajo el peso de los cuerpos cansados, y había olor a vianda, a tuppers recién abiertos y conversaciones a me...